lunes, 22 de junio de 2009

Filme Teresa: Rumbo equivocado

Teresa / Chile, 2009 / Directora: Tatiana Gaviola / Con: Francisca Lewin, Juan Pablo Ogalde, Álvaro Espinoza, Diego Casanueva y Matías Oviedo.

Bajo el impulso de reivindicar a cientos de féminas que han quedado excluidas u olvidadas en nuestra historia, la realizadora Tatiana Gaviola tomó como personaje protagónico para su nueva producción a Teresa Wilms Montt; escritora chilena que remeció la alta aristocracia de inicios del siglo XX con su irreverencia, inteligencia, sensibilidad y belleza. Una interesantísima figura que cualquier cineasta del mundo quisiera tener para plasmar en la pantalla grande.
Nacida en 1893, Wilms Montt fue educada bajo todas las rigurosidades que dictaba la época para una señorita de su condición social. Pero Teresa tenía un espíritu trasgresor y su único deseo era escapar de esa jaula de oro en que la tenía su familia. A los 17 años escapa con Gustavo Balmaceda, de quien estaba profundamente enamorada y el cual pertenecía a un clan enemigo de sus padres. Una historia a lo “Romeo y Julieta” que años más tarde agoniza por las desavenencias que comenzaron a surgir, ya que él no toleraba que su mujer frecuentara tertulias y que, más encima, se había adscrito a los ideales anarquistas y a la masonería. Esta agonía se agudiza aún más cuando Teresa sostiene un intenso romance con el primo de Gustavo; infidelidad que termina encerrándola en un convento, donde fue rescatada más tarde por el poeta Vicente Huidobro. De ahí en adelante, todo es igual o más intenso en la vida de esta mujer que termina suicidándose a los 28 años. Como verán, un personaje de la vida real que podría enriquecer cualquier obra audiovisual.
Lamentablemente, Gaviola no supo aprovechar lo que tenía en sus manos, y lo que podría haber sido un biopic interesante y bien pensado, terminó siendo un producto descuidado, con lastimosos y evidentes errores que se podrían haber evitado.
Todo parte porque “Teresa”, nombre de la realización, es concebida como telefilm, es decir, como una película para ser emitida en televisión. El guión, la puesta en escena y la utilización de todo código de imagen y sonido, apunta a eso: a un producto con incuestionables y categóricos límites. Por lo mismo, su estreno en salas de cine es un tremendo error, ya que sus restricciones quedan en una evidencia lamentable. El guión no profundiza una línea de narración que pueda sostenerse en la pantalla grande, porque solo es una sucesión de eventos que no tiene otro fin que describir ciertos pasajes de la vida de la escritora y que se apoya en una voz en off que repite lo que estamos viendo. El arte y la fotografía, se perciben condicionadas por un formato (telefilm) que no posee el tiempo y el presupuesto para fecundar una imagen seductoramente acabada. La dirección, al no poseer un estilo y visión propia, desperdicia considerablemente un argumento y una puesta en escena que podría llegar a ser entrañable, original y poética. Las actuaciones también no logran convencer del todo, excepto Francisca Lewin, quien realiza un tremendo trabajo en la interpretación de Wilms Montt. De hecho, es lo único incuestionable de esta realización. También Juan Pablo Ogalde (Gustavo), Álvaro Espinoza (Mariano) y Matías Oviedo (Anuarí), realizan un digno desempeño. Los demás, se ven entrampados en personajes funcionales y poco tridimensionales. El sonido es tremendamente pobre; los ruidos ambientes apenas existen y el doblaje es del todo reprobable. Sólo la música incidental, creada por Juan Cristóbal Meza, sostiene una banda sonora coja y desarticulada.
En resumen, “Teresa” tomó un rumbo equivocado. Si la hubiésemos visto en televisión, tal vez nuestra percepción hubiese sido algo distinta. Lamentablemente, la producción tendrá que asumir el costo de una muy mala decisión.

1 comentario:

  1. Uffff que fuerte la crítica, pero confñio plenamente en ella. Hace poco esuve en el cine y me tocó ver la sinopsis de la película. Breves segundos que me bastaron para darme cuenta que la realización no iba a estar a la altura del personaje, de esa gran mujer que fue Teresa Wilms Montt.
    Mala cosa, una apuesta fallida y quizás la única vez que se gastará tiempo y dinero en rescatar la imagen y obra de esta poetisa.

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